Uniendo Arte y Cultura entre Chile y España - Felipe Hermosilla
El artista Felipe Hermosilla nacido en Santiago de Chile en 1964, ha dedicado su vida a proyectos de arte, cine y diseño. Aunque estudió publicidad y arquitectura, se decantó por el arte, especializándose en pintura, disciplina que practicó durante 15 años. Tras vivir en París, comenzó a experimentar con nuevos materiales como la madera reciclada y el hierro, creando tanto objetos funcionales como esculturas urbanas. En 2014, junto a la artista Bárbara Fuentes, fundó Ágape Taller, donde diseñan objetos culinarios para restaurantes y hoteles.
TMDC: ¿Quiénes están detrás de Ágape Taller y cómo influyen sus trayectorias personales en los proyectos que desarrollan?
Felipe: Nací en 1964 en Santiago, Chile. Me he dedicado toda la vida a desarrollar y trabajar en proyectos vinculados a las artes visuales, el cine y el diseño. Estudié un tiempo Publicidad y Arquitectura, pero lo mío era el Arte. Estudié Licenciatura en Arte con mención en Pintura. Pinté intensamente durante 15 años. Expuse colectiva e individualmente. En los 90 me fui a vivir a Paris 3 años, ahí comencé a experimentar con otros materiales, con otras técnicas y otras herramientas. A mi regreso a Chile, paralelo al arte, comienzo a diseñar y fabricar diversos objetos; mesas, sillas, lámparas, puertas, porta esquíes, stands, counter, esculturas urbanas, entre otros. Trabajo principalmente con maderas nativas y recicladas, hierro, cristal. Trabajo como director de arte para exposiciones culturales y stand para Chile en diversas ferias internacionales.
El año 2014 junto a la artista textil Bárbara Fuentes creamos Ágape Taller, un taller donde diseñamos, fabricamos y producimos principalmente con madera reciclada o caída naturalmente, una línea propia de objetos culinarios. Realizamos proyectos para restaurantes, empresas, hoteles y oficinas de diseño.
Desde hace 20 años hago clases en distintas universidades. Hace 15 años haciendo clases en la carrera de cine conocí el trabajo de Dirección de Arte en películas, desde ahí hasta el presente me he desempeñado como director de arte principalmente para series documentales históricas para televisión.
El Arte, el Cine, el Diseño y la docencia sobre estos temas, ha sido mi lugar.
¿Podrías describir el proyecto en el que trabajaste en TMDC? ¿Cuánto tiempo tomó y para quién fue realizado?
Me invitaron a participar en dos proyectos realizados en España. Dos esculturas-homenajes e instalarlas en dos pueblos diferentes; Calaceite en Aragón y Jávea en Alicante. La invitación y el financiamiento fue gracias al Ayuntamiento de Calaceite, el Ayuntamiento de Jávea, la Fundación Chile-España y la Embajada de Chile en España. Ambas esculturas las diseñé el mes de julio y agosto de este año y las fabriqué durante el mes de septiembre de 2024 en Barcelona.
Elijo TMDC para la fabricación de ambos proyectos ya que este taller es un espacio que brinda todas las facilidades, herramientas y máquinas para su ejecución. Acá me encontré además un increíble grupo humano, que me llevo en el corazón, que apoyó y solucionó todas los requerimientos y necesidades de ambos proyectos.
Escultura 1 | “La Campana de Llidó” | Jávea, Alicante.
Esta Escultura es un homenaje a Antonio Llidó. Sacerdote español, con profunda vocación y servicio por los más marginados, que nace en Jávea en 1936. El año1969 es enviado a la ciudad de Quillota en Chile. El 11 de septiembre de 1973 ocurre el sangriento Golpe de Estado que derroca al presidente Salvador Allende. En octubre de 1974 es “detenido desaparecido” por la DINA: policía secreta de la Dictadura de Pinochet. Hasta el día de hoy no se sabe dónde está su cuerpo. En Chile hay aún 1.210 personas detenidas desaparecidas en la Dictadura de Pinochet.
La Campana de Llidó es la obra que hice durante todos los días, durante un mes, en TMDC. La pensé en hierro porque conozco el material. El tema que trabajé y profundicé en mi propuesta fue el territorio. Antonio Llidó salió de su pueblo en 1969 y nunca más regresó. Con mi propuesta instalada en su pueblo natal, aúno ambos territorios, Jávea en España que es de donde salió y Quillota en Chile, que es donde vivió los últimos años de su vida.
En la región de Quillota está el Cerro La Campana (1.880 mts), que se impone a la vista. Construyo la forma de la punta de este cerro en material de hierro. Hice una estructura interna de perfiles de hierro que forré con numerosos trozos de chapa de hierro de forma irregular y sobrepuestos, remachados a la estructura interior. Con esta forma “desordenada” de construcción quise representar a la arquitectura vernácula muy típica de la zona y de personas de escasos recursos, es decir, construyen sus casas con sus propias manos y con lo que se van encontrando, de forma espontánea.
El Cerro, “La Campana de Llidó”, la perforo de lado a lado en diferentes partes para que ahí cohabiten los siguientes objetos y sus significados:
a) Una campana. Por un lado, en Chile a lo largo de su historia, en las escuelas, liceos y colegios fue la campana la que comunicaba los horarios de una jornada. Es un objeto común y transversal. Es un símbolo de la Educación. Fue lamentablemente reemplazado por el timbre eléctrico. Por otro lado, la campana es un elemento sacro que ha estado presente a lo largo de toda la historia de la Iglesia Católica.
b) Dos tostadores de pan. Se trata de un producto de diseño muy popular y típico chileno donde se tuesta sobre el fuego de la cocina el pan cada mañana para el desayuno y cada tarde para la “once” (popular merienda a mitad de tarde). Me imagino la gran cantidad de veces que Antonio Llidó, solo o con más personas, calentó sobre un tostador el pan del día anterior cada desayuno. Se trata de un acto esencial con el alimento más básico: el pan.
c) Seis libros. Antonio Llidó decía que sin educación un niño pobre nunca iba a llegar a ser abogado, arquitecto, profesor, etc. lugares donde hay poder de decisión. El poder de la palabra es la que queda, se dedicó a educar a niños y adolescentes enseñándoles francés y creando “colonias”, es decir, viajes de 15 días de estudio y conocimiento de la naturaleza para ellos.
Escultura 2 | “El lío de Donoso” | Calaceite, Aragón.
Esta escultura es en homenaje por los 100 años del nacimiento del escritor chileno José Donoso que vivió en el pueblo de Calaceite entre 1971 y 1975. Perteneció junto a grandes escritores latinoamericanos (Gabriel Garcia Márquez, Julio Cortázar, Mario Vargas Llosa, Carlos Fuentes, etc) al fenómeno literario que se denominó el “boom latinomericano”.
Compra tres casas en el casco histórico donde rápidamente comienzan a llegar de visita sus amigos escritores. Esto hace que un número importante de artistas españoles y de otras partes del mundo lleguen a vivir y a crear a Calaceite haciendo de este bello y medieval pueblo de piedras un lugar como lo definió el escritor español Emilio Ruiz Barrachina “un sitio capaz de aglutinar tanta gente creativa por su situación geodésica que te lleva a que tu capacidad de creación sea muy grande”. Su casa fue lugar de encuentro y tertulias junto a sus grandes amigos del boom literario. Muchos artistas de diferentes partes del mundo llegaron para quedarse y crear ahí.
De esto nace mi propuesta, nuevamente del territorio: me inspiro en el plano del pueblo como base de la escultura, su irregular forma y la traslado, levemente redondeada, a un trozo de chapa de hierro de 10 mm de espesor, en ella perforo distintas letras de diferentes tipografías que representan la palabra, el texto, en honor a Donoso como escritor y a la de los otros escritores. Sobre esta superficie distribuyo numerosos elementos de hierro en formas de libros que dialogan entre sí, desplazándose por el pueblo emulando tantas casas y tertulias en las calles apretadas y laberínticas de Calaceite. Composición de diferentes casas-libros que emulan esos intensos encuentros y actos de creación en las distintas casas donde habitaron grandes artistas. En el centro posiciono a Donoso, a través de la casa-libro principal con un calado del plano de Chile, destacándose no solo por su posición y altura, sino también por su material, ya que es el único de acero inoxidable. De esta forma, Donoso se homenajea como un centro brillante y permanente en el tiempo, mientras que el resto de las casas-libros se van transformando al paso del tiempo con óxido.
Donoso hace de Calaceite un territorio para vivir y crear. Su decisión de vivir ahí impulsó a otros intelectuales a seguir sus pasos. Incluso se habla de tres “oleadas” de llegadas de artistas desde la primera en los años 70’ iniciada por Donoso. Es el territorio y este acto de concentración la esencia de mi propuesta.
¿Qué parte del proceso te gustó más y por qué?
Es un conjunto de cosas las que más me gustaron, pero me quedo con la elección del lugar donde vivimos y el lugar donde fabriqué ambas esculturas. Ese barrio alrededor del metro La Pau durante un mes fue mi lugar, un barrio retirado del turismo, un barrio sencillo, limpio y tranquilo. Vivimos en Piramidón, un Centro de Arte Contemporáneo en un departamento de 120 metros cuadrados donde pinté 4 pinturas, y trabajé en TMDC, un taller increíble que no olvidaré nunca, por su infraestructura, pero sobre todo por las personas que ahí trabajan teniendo a Pedro como el gran gestor.
¿Cuáles fueron los puntos principales en los que te enfocaste al crear esa escultura?
Involucrarme y estudiar profundamente a las dos personas que tuve que homenajear desde que recibí la invitación para hacerlas. Por un lado, Antonio Llidó, un religioso con ideas claras, comprometido con los más marginados de la sociedad, y por otro, José Donoso, un importante y renombrado escritor chileno que fue miembro del denominado “boom literario” junto a grandes escritores latinoamericanos de la talla de los 2 premios nobel Gabriel García Márquez y Mario Vargas Llosa entre otros. Este proyecto me hizo entrar en mundos desconocidos y fue desde ahí que logré plasmar en forma y volumen ambos proyectos. En ambos casos fue EL TERRITORIO de ambos donde me centré para crear las esculturas.
¿Qué tipo de obras de arte sueles crear?
Pintura al óleo es lo que más he realizado, algo de acrílico. Durante años mis temas fueron plasmados desde la abstracción sin embargo luego de vivir en Paris en los 90 empiezo a incluir en mi pintura elementos reales que aluden a realidades del hombre y su entorno. Comienzo a experimentar con diversos materiales. De lo bidimensional entro a lo tridimensional. Mis temas son la política, el medio ambiente y las relaciones humanas.
¿Cómo trabajas en Chile? ¿Tienes tu propio taller?
Antes de entrar en mi realidad creo justo aclarar lo siguiente. Acá es parecido en algunos aspectos, pero hay grandes diferencias también. Depende donde uno nace. Es importante este punto. Somos un país subdesarrollado y esa diferencia es notable. En un país desarrollado como España, el “desde” hace una profunda diferencia. Cuando la educación y salud pública son de calidad y gratis y todas y todos tiene acceso a ella se determina un lugar común donde la igualdad de oportunidades eleva el nivel. Acá eso no es así. Y si además le sumamos que un 60% de la población vive con el sueldo mínimo (500 EU) la realidad atmosférica es más violenta e insegura. Ahora bien, hay otra realidad, la de los más privilegiados, esa es la mía, y creo justo que con esta aclaración responder esta pregunta. Vivimos en Concón, frente al mar. Acá tenemos nuestra casa y nuestros talleres de pintura, de tejidos y de maderas con algunas máquinas y herramientas. Tenemos la tranquilidad para diseñar y crear. La universidad donde hago clases queda en Valparaíso a 45 minutos de casa. Cuando se trata de desarrollar trabajos más complejos acudo a talleres para mandar a hacer.
¿Cómo fue tu experiencia aquí en TMDC?
Fue lejos lo mejor del viaje. Nunca sospeché que podía existir en el mundo un espacio colectivo para trabajar y convivir con materiales y maquinarias de calidad de distintos rubros. Desde los grandes espacios, la cantidad de máquinas y herramientas, y sobre todo, las personas a cargo, los monitores, y las otras personas que al igual que yo estábamos trabajando en proyectos propios. La buena onda siempre de todas y todos, incluidos Durruti, Alma e Ítalo, hizo que a los pocos días de estar ahí me sentí en familia. Como sudamericano haber tenido esta oportunidad me abrió el horizonte para el futuro y, siendo sincero, eso no estaba en mis expectativas, por eso guardaré los mejores recuerdos de esta gran experiencia que espero no sea la última. Agradecido siempre!!
Gracias, Felipe & Barbara.