La Ciudad que Queremos | Fabricación Local y Sostenibilidad Urbana

Reimaginando la Ciudad: La Importancia de la Producción Local en el Futuro Urbano

La transformación urbana de Barcelona ha puesto en evidencia un dilema fundamental: ¿cómo equilibramos la necesidad de espacio para la vida residencial con la preservación de actividades productivas, como la fabricación local, que son esenciales para la autosuficiencia y el desarrollo económico de la ciudad? La vivienda es sin duda una prioridad, pero solo tendrá sentido si se asegura que quienes fabrican, reparan o producen, tengan espacio para seguir contribuyendo al dinamismo económico de la ciudad al mismo tiempo que mantienen la diversidad de personalidades que hace la ciudad.

“[...] TMDC se ha mantenido firme en su misión: demostrar que la fabricación local y la colaboración entre oficios pueden revitalizar la ciudad y generar valor económico y social.”

TMDC (Taller para la Materialización y Desarrollo de Conceptos), ubicado en la Verneda, uno de los últimos bastiones industriales de Barcelona, se coloca en el centro de este debate. Concretamente está situado en el “Sector Prim” (en el link puedes seguir leyendo sobre esta zona) , denominación que se la ha dado a una gran parcela industrial que se cambiará de uso en poco tiempo. TMDC ha asumido el riesgo de alquilar naves industriales en espera de su demolición, con la esperanza de que podrían dar lugar a algo más que un simple espacio de trabajo. Su visión ha sido siempre la de dar nueva vida a estas naves, contribuyendo a la creación de un modelo productivo que no solo sea sostenible, sino también resiliente.

“Barcelona ha estado perdiendo rápidamente su suelo industrial, en parte debido al cambio de uso para nuevas viviendas, oficinas y hoteles.”

Aunque sabían que este espacio estaba destinado a desaparecer, TMDC se ha mantenido firme en su misión: demostrar que la fabricación local y la colaboración entre oficios pueden revitalizar la ciudad y generar valor económico y social.

En rojo las naves de TMDC que serán demolidas el 13 de enero 2025.

El Futuro de las Naves Industriales: Un Desafío Colectivo

La ciudad necesita mantener un equilibrio entre la expansión urbana y la conservación de su capacidad productiva. El coworking industrial, como el planteado por TMDC, busca recuperar espacios industriales para la producción. Una producción adaptada a las necesidades de hoy, que podría dar una solución a largo plazo para la sostenibilidad económica de la ciudad.

El alcalde Jaume Collboni, en su enfoque hacia la reindustrialización, ha subrayado la importancia de recuperar espacios para la actividad productiva. Pero proyectos como el Sector Prim están a punto de transformar 195.000m2 de industrial a urbano. Parece que este proyecto urbanístico que se planeó hace más de 20 años ya tiene mucha inercia como para ser parado.

Las políticas públicas deben ir más allá de simplemente asignar terrenos para viviendas o oficinas. Es fundamental garantizar que haya espacios disponibles para la fabricación, la innovación y la creación de productos tangibles. Esta visión también se alinea con la de personas como Salvador Clarós, quien desde CCOO defiende la necesidad de recuperar suelo industrial como parte de un modelo urbano inclusivo, que no solo permita la vivienda, sino también la prosperidad económica local.

Almacén afacted | A17 - En enero 2025 empezará el derribo de las naves de Rambla de Prim. Empezarán por los almacenes 14, 15, 16 y 17.

La Falta de Espacio Industrial en Barcelona: Un Desafío para el Futuro

El caso de TMDC no es único, sino que refleja una tendencia más amplia que está afectando a la ciudad. Perder TMDC no significa el cierre de una empresa, sino perder un ecosistema. Barcelona ha estado perdiendo rápidamente su suelo industrial, en parte debido al cambio de uso para nuevas viviendas, oficinas y hoteles. Esto ha dejado a las pequeñas empresas y a los emprendedores del sector manufacturero sin los espacios adecuados para desarrollar sus actividades. La pregunta es clara: si convertimos toda la ciudad en un lugar para vivir, ¿quién fabricará los productos que necesitamos en nuestra vida diaria? Desde la madera hasta los metales, pasando por las piezas electrónicas o las reparaciones, sin los talleres industriales no solo perderemos empleo, sino que aumentaremos nuestra dependencia de la producción externa.

‘Es fundamental recordar que la diversidad económica es esencial para la sostenibilidad urbana. No se trata solo de crear más viviendas o más oficinas, sino de permitir que actividades como la carpintería, la cerámica, la soldadura o el diseño industrial puedan seguir desarrollándose en el corazón de la ciudad. Este modelo de ciudad debería ser inclusivo y garantizar que los oficios locales sigan siendo una opción viable dentro del entorno urbano.’ Salvador Clarós, Tècnic política industrial en CCOO | 2024

Y no es solo una cuestión económica. Es un tema de riqueza social. Es una cuestión de inspiración y es salsa para la conversación. Si en lo único que se puede trabajar es en trabajos con ordenador, o servicios, la ciudad se hace monotemática.

Can Ricart: Un Ejemplo Industrial Abandonado que Busca Respuesta

El caso de Can Ricart, en el Poblenou, es un ejemplo paradigmático de la contradicción entre la modernización urbana y la preservación del tejido industrial. Las naves de Can Ricart son un patrimonio industrial de Barcelona, aunque actualmente se encuentran en un estado de abandono debido a la falta de proyectos claros para su revitalización. Durante años, se ha hablado de transformarlas en un centro universitario, pero la falta de recursos ha retrasado constantemente este plan. Can Ricart es solo un ejemplo. Espacios como La Mercedes o la fábrica de Puig en Potosí son otros ejemplos de fábricas que se han convertido en espacios fantasmas a la espera de que se decida qué puede pasar en ellos. ¿Se convertirán en más oficinas y lofts? ¿O podemos pensar algo más interesante?

Frente a esta inercia, la asociación de vecinos del Poblenou ha propuesto ocupar este espacio con un coworking industrial, en la línea que TMDC propone. Esta propuesta cuenta con el respaldo de la comunidad vecinal y se alinea con el objetivo de reindustrializar el Poblenou, un área que, aunque conocida por su transformación en un polo de innovación tecnológica, también necesita espacio para la producción física. Teniendo en cuenta que el espacio de TMDC está a punto de ser derribado, su traslado a Poblenou podría resolver dos cuestiones al mismo tiempo.

“[..] el Poblenou, un área que, aunque conocida por su transformación en un polo de innovación tecnológica, también necesita espacio para la producción física. ”

L'edifici històric de Can Ricart | Poblenou

El Papel de la Comunidad y los Medios: Un Cambio Cultural

Lo que está en juego en este debate no es solo el espacio, sino también el enfoque cultural hacia la fabricación y la producción local. La crítica a la falta de apoyo institucional para iniciativas como TMDC es clara: las políticas públicas deberían estar más orientadas a apoyar a los emprendedores y las pequeñas empresas que están comprometidas con la economía local y la sostenibilidad. Sin estos espacios y sin el reconocimiento de la importancia de la producción dentro de la ciudad, Barcelona podría terminar perdiendo su capacidad de autogenerarse y de innovar desde sus propios cimientos.

‘El futuro de Barcelona no solo depende de construir más viviendas, sino de saber gestionar sus espacios industriales para garantizar una economía dinámica, resiliente y autosuficiente.’ Salvador Clarós, Tècnic política industrial en CCOO | 2024

Muchos coincidimos en que una ciudad realmente moderna no puede ser solo digital, ni centrarse únicamente en el turismo o incluso la vivienda. La verdadera innovación proviene de un ecosistema económico diverso, donde la manufactura local y los oficios se integran con las nuevas tecnologías y las iniciativas empresariales.

“La verdadera innovación proviene de un ecosistema económico diverso, donde la manufactura local y los oficios se integran con las nuevas tecnologías y las iniciativas empresariales.”

Un Futuro Compartido

El caso de TMDC y Can Ricart es solo un reflejo de un debate más amplio que debe incluir a todos los actores involucrados: el gobierno, las empresas, las comunidades locales y los medios. Solo a través de una colaboración estrecha y la creación de políticas públicas que apoyen tanto la vivienda como la producción local podremos construir una ciudad que no solo sea un lugar para vivir, sino un lugar para crear y prosperar .

El futuro de la ciudad depende de cómo gestionemos nuestros espacios y actividades productivas. Podemos optar por una ciudad donde todo se reduzca a viviendas y oficinas, o podemos construir una ciudad diversa, donde la fabricación local y el trabajo hecho a mano sigan siendo valorados como motores de innovación, sostenibilidad y resiliencia. El desafío es grande, pero las soluciones están a nuestro alcance. Con visión y acción conjunta, podemos asegurarnos de que la Barcelona del futuro sea tan productiva y creativa como la historia de su pasado industrial.